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¿Miedo a volar?

¿Cuántos de nosotros sufrimos cuando tenemos un viaje en puertas y debemos subirnos al avión? Imaginarnos cualquier cosa, rezar en las turbulencias y tener mil cábalas a la hora de volar.

Pero hay algo que debemos saber, viajar en auto tiene más riesgos que tomarnos un avión. Tratemos de buscar una solución a este temor para que volar deje de ser una mala experiencia.

El miedo a volar lo tenemos porque es porque no estamos acostumbrados a tener los pies en el aire. Es importante que sepas que el avión es uno de los medios de transporte más seguros. Y si por alguna razón despegan, es porque el centro de control sabe que no pasará nada.

Lo primero que debes hacer es calmar tus nervios y ansiedad. Cuando era pequeña solía tomar flores de Bach antes de abordar para disminuir el dolor muscular y articulaciones de la tensión que me generaba tan solo pensar en el aeropuerto.

Procura llegar con tiempo para evitar  agobiarte con las prisas y poder sumar tranquilidad. Documenta tu equipaje, pasa por la casa de cambio, realiza los trámites de seguridad y trata de dar una vuelta por el Duty Free. Si llegas con mucho tiempo de anticipación tomate un té de manzanilla mientras esperas en la puerta de abordaje. Esto hará que prestes atención a otras cosas.

Una vez que ya estés sentado en el avión, para quedarte tranquilo, escucha las medidas de seguridad y consulta con la sobrecargo si tienes alguna duda. Y ZZUUUUMM disfruta el vuelo. Si no puedes dormir, intenta con una película que te haga reír.

En caso de haber turbulencias. Abróchate el cinturón y respira hondo. Cuando el avión pasa por pozos de aire, no queda otra que mantener la calma. Son normales durante los vuelos, hay algunas que son más leves y otras más fuertes. El piloto sabe lo que hace, no hay porque temer. Trata de conseguir un asiento cerca de las alas, es que la parte más estable del avión.

Es importante recordar que volar nos lleva a lugares increíbles, a experiencias únicas. Volar es seguro. Por eso, huye de los pensamientos negativos, escucha música, relájate y disfruta del placer de estar en el aire.

Por Juana Ortiz Basso

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